Vitamina D: una prohormona con multiples acciones en la salud.

Hoy en día hay evidencia suficiente para establecer una relación directa entre la exposición al sol, vitamina D con diferentes facetas de la salud:

Adecuados niveles de vitamina D puede mejorar la fertilidad, salvaguardar los embarazos, reducir la inflamación sistémica, ayudar con el control del peso, proteger contra enfermedades infecciosas como el resfriado común y con la tuberculosis, prevenir accidentes cerebro vasculares y demencia, mejorar el sistema inmune,  la memoria, ayudar en la recuperación de fuerza muscular después de ejercicios intensos o extenuantes, así mismo en traumatismos importantes y severo ( osteoarticulares, musculares ), protege contra cáncer de mama, colon, próstata, páncreas.

Mejora la sensibilidad de la insulina en pacientes diabeticos, protege de su aparición en la edad joven o adulta, sirve como coadyuvante en el tratamiento de la rabdomiolisis producida ya sea por estatinas o por ejercicios intensos o traumatismo severos.

Protege y sirve como tratamiento coadyuvante en enfermedades autoinmunes: Psoriasis, diabetes tipo 1, Enfermedad de Chron, Tiroiditis de Hashimoto, Artritis Reumatoidea, Enfermedad Celíaca, Esclerosis Múltiple, etc.

Mejora la fuerza, desempeño atlético y coordinación motora evitando las caídas y fracturas en pacientes de la 3 y 4 edad o adultos mayores.

Sirve como tratamiento coadyuvante en la osteoporosis, osteomalacia, osteoartrosis, artritis juvenil.

Pacientes con epilepsia o que toman medicación anticonvulsivante requieren administración extra de vitamina D3.

Tomar baños de sol y viento es indispensable para aumentar los niveles en los tejidos (hígado, médula ósea, músculos, etc.)

Los niveles adecuados de vitamina D3  pueden aliviar el dolor crónico, la lumbalgia, los accidentes cerebro vascular, la depresión, enfermedades de las encías, la psoriasis, la fibromialgia, el autismo y mucho más !

Para fines de prevención los niveles deben estar por encima de 30 ng/dl, y para fines terapéuticos entre 60 y 100 ng/dl.

Personas obesas deben tomar el doble o el triple de la dosis recomendada para personas sin obesidad.